El CO2 probiene de las plantas terrestres y marinas extraen de la atmósfera grandes cantidades de dióxido de carbono. Este es producido por varias fuentes: la respiración de los seres vivos, la destrucción y fermentación de sustancias orgánicas, la combustión del petróleo, carbón, leña u otros combustibles que contengan carbono en su composición.
La atmósfera pasa a ser un gran depósito de CO2. Se calcula que por hectárea de superficie de tierra, el aire que lo cubre contiene 15 toneladas de CO2. La proporción de CO2 en el aire debe ser constante, aunque los últimos 15 años se ha comprobado que la actividad humana ha hecho aumentar la proporción. Si la tendencia continua se estima que par el año 2020 la cantidad de CO2 se habrá duplicado.
¿En que nos afecta?
Este calentamiento produce aridez en la tierra afectando a las actividades agropecuarias y según los investigadores en un futuro no muy lejano se fundirán las enormes masas de hielo de los polos, provocando una elevación de los niveles del mar, peligrando seriamente la posibilidad de vida en las costas.
Podemos afirmar que la solución de este problema está resumida en dos directivas principales: aumentar la forestación y quemar menos combustible. Para hacer efectivas estas acciones es necesario orientar a las personas hacia una real toma de conciencia sobre el problema y hacerlos partícipes activos en las actividades de la conservación de nuestro medio ambiente.
Algunas soluciones domesticas:
-Cambiar las bombillas tradicionales por las compactas fluorescentes ( CFL). Las CFL, consumen 60% menos electricidad que una bombilla tradicional, con lo que este simple cambio reducirá la emisión de 140 kilos de dióxido de carbono al año.
-Poner el termostato con dos grados menos en invierno y dos grados más en verano. Ajustando la calefacción y el aire acondicionado se podrían ahorrar unos 900 kilos de dióxido de carbono al año.
-Usar menos agua caliente. Se puede usar menos agua caliente instalando una ducha-teléfono de baja presion y lavando la ropa con agua fría o tibia.
-Utilizar un colgador en vez de la secadora de ropa. Si se seca la ropa al aire libre la mitad del año, se reduce en 320 kilos la emisión de dióxido de carbono al año.
-Comprar productos de papel reciclado. La fabricación de papel reciclado consume entre 70% y 90% menos energía y evita que continúe la deforestación mundial.
-Comprar alimentos frescos. Producir comida congelada consume 10 veces más energía.
-Evitar comprar productos envasados. Si se reduce en un 10% la basura personal se puede ahorrar 540 kilos de dióxido de carbono al año.
-Reciclar, se pueden ahorrar hasta 1000 kilos de residuos en un año reciclando la mitad de los residuos de una familia.
-Elegir un vehículo de menor consumo. Un vehículo nuevo puede ahorrar 1.360 kilos de dióxido de carbono al año si este rinde dos kilómetros más por litro de combustible (lo mejor sería comprar un vehículo híbrido o con biocombustible)
-Usar menos el vehículo. Caminar, ir en bicicleta, compartir el vehículo y usar el transporte público. Reducir el uso del vehículo propio en 15 kilómetros semanales evita emitir 230 kilos de dióxido de carbono al año.
-Revisar frecuentemente los neumáticos. Una presión correcta de los neumáticos mejora la tasa de consumo de combustible en hasta un 3%. Cada litro de gasolina ahorrado evita la emisión de tres kilos de dióxido de carbono.
-Plantar árboles. Una hectárea de árboles, elimina a lo largo de un año, la misma cantidad de dióxido de carbono que producen cuatro familias en ese mismo tiempo. Un solo árbol elimina una tonelada de dióxido de carbono a lo largo de su vida.
LA CLAVE ESTA EN ACTUAR YA !!!!!
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